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SALUD

31 de julio de 2025

La historia de Noelia, una madre de Urdinarrain y el padecimiento con su hijo adicto a las drogas

La historia de Noelia no es única, pero sí urgente. Es la historia de una madre desesperada, de un hijo pidiendo ayuda, y de un Estado que según contó, no le responde. Es también el testimonio de una red de contención que apareció, no en su ciudad, sino a 30 kilómetros de su casa.

Alejandro tiene 20 años y vive en Urdinarrain. Desde hace tiempo pelea contra una adicción que, como muchas otras, empezó en silencio y se volvió incontrolable. El último 9 de julio —su cumpleaños— intentó suicidarse. Fue entonces cuando le dijo a su madre lo que toda familia espera oír, aunque sea desde el dolor: “Necesito ayuda”.

Noelia entendió que era ahora o nunca. Tocó puertas, hizo llamadas, fue a oficinas, habló con funcionarios. Pero no encontró respuestas. “Me mandaban de un lado a otro. Nadie sabía qué hacer. En el municipio me dijeron que no tenían recursos para ayudarme. En la Justicia, que vaya a Acción Social. En la policía, que no era su competencia”, relató.

Frente a ese silencio institucional, apareció la solidaridad: otra madre, de Larroque, que conocía el camino porque con la ayuda de la Dirección de Larroque pudo internar a su hijo en Concordia. Ella fue el nexo que permitió que Alejandro accediera a una internación en una comunidad terapéutica en Concordia. La Municipalidad de Larroque, a través de su intendente Francisco Benedetti, puso el transporte. Y el equipo de salud local se encargó del traslado y acompañamiento de Alejandro, el joven de Urdinarrain.

Desde ese momento, Alejandro comenzó su tratamiento. Pero el proceso, como tantos otros, depende también de una parte económica que debía cubrir su municipio de origen. Urdinarrain, hasta hoy, no respondió según detalla Noelia en la nota en el Programa La Mañana y su Gente de Radio Cristal. “Estoy mendigando que mi hijo siga internado. Me humillé muchas veces. Pero me dijeron que no hay plata”, contó Noelia entre lágrimas.

El relato duele, pero también expone una verdad incómoda: mientras algunas localidades avanzan con políticas públicas, otras al parecer según el testimonio de esta madre, no lo tienen. En Larroque, por ejemplo, funciona la Dirección de Prevención de Adicciones, integrada a la red de la *Secretaría de Prevención de Adicciones y Convivencia Ciudadana (SEPACC). Allí trabaja el médico **Carlos Vidal*, quien acompañó a esta madre en la entrevista radial y allí advirtió: “La adicción no se resuelve con parches. Se necesita un abordaje integral, familiar y sostenido. Si el Estado no está, el tratamiento fracasa”.

Hoy Alejandro continúa internado, pero con la incertidumbre de saber si podrá terminar su tratamiento. La comunidad terapéutica no es gratuita. Requiere de convenios (El Municipio de Larroque lo tiene) compromisos, acompañamiento. Y eso, hasta el momento, "ha sido negado en su propia ciudad" renegó la entrevistada

Noelia, por su parte, se convirtió sin quererlo en vocera de muchas otras madres. . “No soy la única. Pero soy de las pocas que se anima a hablar. A muchas otras les da vergüenza. Yo también la sentí. Pero más vergüenza me da que no pase nada”, dijo.

En Urdinarrain, la problemática de las adicciones es visible, pero no reconocida públicamente Y tampoco nadie de la familia de adictos sabe bien que hacer para ayudar a su familiar.

Mientras tanto, Alejandro intenta recuperarse. Y su madre, lejos de bajar los brazos, sigue golpeando puertas.

Pero más allá de la exposición pública de esta madre, surgen muchas preguntas como ¿Quién se hace cargo?

¿Quién responde cuando el pedido de ayuda es urgente y real?

¿Cuántos Alejandro más tienen que llegar al límite para que se entienda que las adicciones no son una elección, sino una enfermedad que necesita respuesta?

Redacción; Juan Fernandez

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